
LA TEMPERATURA DEL VINO
En una oportunidad, invitado a casa de un amigo entrañable hacedor de las más deliciosas pizzas italianas, llevé una botella de cabernet sauvignon de la Viña Maipo de Chile, cosecha 2003 (un vino discreto, barato pero equilibrado). La buena compañía unida a la excelente comida y ese tinto en su punto ideal de temperatura hicieron la noche una verdadera delicia.
Una semana después, mi amigo que había disfrutado del cabernet sauvignon fue al supermercado y se compró un par de botellas; solo que tuvo la mala idea de guardarlos en la cocina, lugar habitualmente caluroso en todas las épocas del año. Cuando lo bebió, el vino estaba pésimo; pues los alcoholes se volatilizan en la boca e impiden distinguir sus aromas.
Como saben, la temperatura del vino es importante para poder disfrutar de los aromas y sabores que nos depara cada botella; y aunque hay diferencias en la temperatura según el tipo de vino, es fundamental tenerlas muy en cuenta.
Para el caso de los vinos tintos, el rango de temperatura debe oscilar entre los 16 y 18 grados centígrados para conservar todos su matices, es decir, en invierno a temperatura ambiente y en verano, hay que tratar de guardar las botellas en lugares templados y si es necesario podemos enfriarlos unos minutos.
El caso de los vinos blancos y rosados sí deben servirse helados, es decir entre 8 y 10 grados centígrados, es en esa temperatura que asoman los frutales.
Un dato útil para bajar la temperatura de los vinos, es utilizando una cubeta con hielo y agua, allí el vino tarda unos 10 minutos en alcanzar los 10 grados centígrados; en cambio si lo pusiera en el refrigerador, tardaría dos horas aproximadamente. Es preferible no someter al vino a cambios bruscos de temperatura; busque un buen termómetro para vinos y disfrute de este maravilloso mundo de los aromas que encierra cada botella de vino. (Omar Z.V.)