jueves, diciembre 29, 2005


LA CABERNET SAUVIGNON

Cada vez hay más gente que busca vinos tintos y entre ellos, se inclinan por los vinos varietales, es decir, aquellos vinos que son hechos de un solo tipo de uva.
Se dice también, que la preferencia es mayoritariamente por la cabernet sauvignon, una cepa originaria de Francia y cuya característica es la complejidad y un gran cuerpo. Además, es una variedad de uva que permite largas guardas en barricas de roble y también mezclas interesantes con otras cepas que potencian sus aromas.
Sin embargo, como todas las obras de arte, la preferencia por la cabernet sauvignon dependerá de los gustos de cada persona.
Este vino una vez abierto y servido en copa, muestra unos intensos colores rojos rubí con toques azulados para el caso de los vinos jóvenes; pero para los vinos reserva la gama de los marrones y hasta terrosos se hacen presentes en vista.
En nariz, la cabernet nos ofrece, para el caso de los vinos jóvenes, unos intensos aromas a frutas rojas como frambuesas, fresas y moras; pero también el ligero picante del pimiento verde y algo de higos secos. Algunos le encuentran toques de menta fresca y hasta un leve mentolatum.
Sin embargo, los vinos envejecidos en barricas enriquecen sus aromas y se potencia la pimienta y la especias, además de toques a mermelada y cuero ahumado, dándole esa estructura compleja que tiene esta noble cepa.
En boca, este vino nos ofrecerá lo que ya sentimos en nariz, unos sabores complejos, con una gran personalidad y cuerpo. Nuestro paladar podrá sentir las frutas rojas, los pimientos y hasta un exótico sabor a chocolate amargo que lo ofrecen los taninos equilibrados de la cabernet.
Es recomendable maridarlo con carnes rojas, (lomo a la pimienta o con campignones) y con quesos fuertes, como el roquefort o el manchego. (Omár Z.V.)

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