VINOS JÓVENES

Hace un poco más de una década, hablar de un vino joven, era para referirse a esos vinos de mala calidad, que se fabricaban de las peores cepas de uvas y que se vendían a bajos precios.
¿Quién no se ha emborrachado feliz con uno de esos “ladrillos” (vinos en caja)? En efecto, algunas bodegas mezclaban cepas sin mayor cuidado y sacaban una producción de vinos baratos y de calidades inferiores; sin embargo el gusto por lo natural y el hecho que los productores hayan mejorado considerablemente la producción de vinos jóvenes, ha dado un vuelco importante a esta costumbre.
Hoy podemos encontrar vinos jóvenes de gran factura, cuyos aromas florales y frutales nos envuelven cuando los bebemos. Es importante precisar que los vinos jóvenes son aquellos que se envasan sin haber pasado por barricas de roble; es por esa misma razón que estos vinos hay que consumirlos durante los primeros dos o tres años después de la fecha de la cosecha. Pasados estos años, el vino decae y pierde su frescura.
Un dato curioso es el detalle que tienen los franceses que son los pioneros en la elaboración del "beaujolais", (zona al sur este de París, cerca de Lyon) un extraordinario vino joven que se ha convertido en un verdadero éxito comercial y que los franceses se pelean la producción anual cada vez que sale al mercado.
Es importante agregar que los mejores jóvenes están en los vinos blancos y rosados; sin desmerecer a los tintos que cada vez logran buenos resultados, según la calidad de las cepas de una zona y uva determinada. (Omar Z.V.)